El que pueda mentir que mienta
Es curioso comprobar que, los máximos defensores de los diez mandamientos judeocristianos como expresión suprema de la ley de Dios, son los que finalmente más se los saltan. Desde que Feijóo, el ignorante y ridículo exmandatario gallego, está al mando de la mafia popular, la cosa se ha salido de madre. El Partido Popular se ha convertido en una especie de país de las maravillas, que solo existe en la mente de sus creadores. Títulos académicos, hechos, compromisos, todo es susceptible de ser tan falso como la capacidad políglota de su líder.
Esto es así, porque para ellos, el octavo mandamiento de la ley de “su” dios, que reza , “No levantarás falso testimonio ni mentiras”, es de obligado cumplimiento para todo el mundo, menos para los elegidos de Dios, o sea, para ellos. Si os fijáis, el comportamiento del PP es muy similar al del sionismo genocida de Netanyahu, el actual líder del estado de Israel.
Este verano, por desgracia, hemos podido comprobar, en mi caso de primera mano, cómo se las gasta el PP a la hora de afrontar catástrofes como los incendios forestales. A mí, que vivo en las cercanías de la capital gallega pero crecí en O Barco de Valdeorras y soy oriundo de Carucedo (El Bierzo), me han dado casi por todos lados. Solo falta que comience a arder el Monte San Marcos, a menos de doscientos metros de mi casa, para que dé el paso definitivo al terrorismo radical como método de reivindicación antiincendios. Avisados están.
En Galicia, la máxima preocupación de la Xunta en cuanto al monte se refiere, es que se cultive suficiente eucalipto para abastecer a ENCE. De este modo, sus accionistas, casualmente todos reconocidos miembros del partido-mafia, podrán seguir recibiendo suculentos beneficios.
Un sindicato y varios medios informativos, entre los que nunca encontrarás a la manipulada TVG o a los subvencionados Faro de Vigo o La Voz de Galicia, se han hecho eco de la noticia de que, mientras Rueda pedía más medios al gobierno, 190 plazas de bomberos forestales estaban sin cubrir.
En Castilla y León, tres cuartos de lo mismo, Mañueco ha admitido que, mientras pedía más medios al
gobierno, algunos de esos medios estaban aparcados y sin utilizar; el hombre ha achacado a incidencias
corrientes este hecho y se ha quedado tan ancho. Es curioso como siempre, este tipo de problemas
afecta a gobiernos del PP. Ahí tenéis a Mazón y sus más de 200 muertos por la desastrosa gestión de la
DANA.
Ante este panorama, el PP ha puesto en marcha el ventilador de mierda para expandir bulos y mentiras
por doquier. Los mismos que se hartaron de cargar contra Zapatero por la creación de la UME, a la que
ahora llaman a la menor oportunidad, los mismos que niegan el cambio climático, los que detraen
inversión en prevención de los incendios para financiar la tauromaquia (como en Castilla y León)...
Ahora se rasgan las vestiduras acusando al gobierno central de mala gestión en unas áreas que, oh
sorpresa, son de competencia autonómica.
Son tantas las mentiras vertidas por Feijóo y sus adláteres estos días, para intentar tapar su inutilidad y
nepotismo, que en el PP internamente(y en Vox) ya se habla de los 9 mandamientos de la ley de Dios.
Visto que cumplir el de no mentirás se les hace imposible, pues ¡venga, ese fuera!
En cualquier caso, los responsables de este desastre no son los políticos del PP o Vox, no. Son sus
votantes. Tanto en Galicia como en Castilla y León, el partido-mafia lleva décadas gobernando, y nadie
se puede sentir engañado por su gestión (más bien por su ausencia). Si les siguen votando es porque la
aprueban. Si te arde la casa, pero te sientes satisfecho con el voto depositado a esta derecha
reaccionaria e inútil, le echas la culpa a otro y listo. Aquí es cuando entramos en el terreno de la
ciencia ficción. Cuando tienes que escuchar a votantes peperos/voxeros, acusando a los ecologistas de
ser los causantes del desastre.
Sí, parece ser que tienen tan presionados a los gobiernos autonómicos, que estos no pueden limpiar el
monte ni realizar cortafuegos. A ver, para dejar de matar toros en las plazas, dejar de plantar eucaliptos,
etc., para eso, estos gobiernos no se dejan presionar por los ecologistas, pero para invertir en
prevención de incendios, sí, curioso.
Por otra parte, muchos de estos fachapobres, argumentan que los ecologistas no quieren limpiar el
monte. Falso. Los ecologistas abogan por la gestión forestal y por la limpieza de los montes con
criterio. O sea, no hacerla de forma indiscriminada. Pero claro, donde no hay, no se puede sacar. No
puedes pedirle a uno de estos infelices que entiendan eso porque no lo van a hacer.
Hay que tener en cuenta, que si tipos como Feijóo o Abascal,
especialmente poco dotados intelectualmente, son los líderes de esta gente… pues ya está todo un poco
dicho. Porque sí, mienten, pero a ver, ninguno de los mencionados es el lápiz más afilado
del estuche. Para que uno de estos elementos subversivos de la verdad te engañe, se requieren unas
premisas fundamentales: un público de pocas luces o con nula capacidad crítica y de cuestionamiento
de la realidad.
Bajo este paraguas, frases como “No soy presidente porque no quiero”, “He llegado a
Cádiz, tengo la pupila dilatada sin necesidad de ir al oftalmólogo. Tienen una luz impresionante.
Enhorabuena por la luz gaditana!", “¡Las vacaciones están sobrevaloradas!”, “Cuando uno no sabe
lo que le pasa, normalmente es lo que le pasa, que no sabe lo que está pasando”, “Podemos situar el
nacimiento de la posverdad en aquella distopía escrita por Orwell allá por el año 84” etc.,
pronunciadas por el ínclito Feijóo, cobran todo el sentido del mundo y podrían incluso ser
consideradas por su público a la altura de la célebre frase atribuida a Galileo, Eppuor si muove.
En resumen, vivimos en la época de las fake news y de la laxitud moral y ética, no lo dudo. Sin
embargo, también vivimos en una época en que es más factible informarse activamente y desarrollar un
criterio propio basándose en información veraz. De todo ello no puedo más que extraer que, visto lo
visto, la imbecilidad es la plaga que está llamada a ser la sucesora del COVID 19...E inequívocamente,
una imbecilidad muy peligrosa, se está cebando con los votantes tanto de Pp como de Vox, a los que
por si no ha quedado claro, desprecio y aborrezco.
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