La egiptología oficial sigue ignorando las pruebas geológicas
No es un secreto para nadie que tenga interés en el tema, que las pruebas que en ocasiones utiliza la arqueología para adjudicar la factura de algo a una u otra civilización, a menudo, son circunstanciales. En todo caso, nadie puede discutir que la arqueología, al contrario que las matemáticas (obviemos la mecánica cuántica), la química o la geología, no es una ciencia exacta ni objetiva, ni cerca que está de serlo. Esta disciplina, mal que les pese a muchos, está a merced de la subjetividad del arqueólogo de turno. Esto no es un ataque a tan insigne campo de la historia, es simplemente un hecho.
Si hacemos la prueba del carbono 14 a un determinado resto orgánico, nos dará una edad aproximada del mismo. Esta prueba se basa en un procedimiento objetivo y científico que no está sometido a la subjetividad de nada ni de nadie, más allá de los posibles errores ocasionales.
La arqueología tradicional atribuye la construcción de las tres pirámides y la esfinge de Giza a la civilización egipcia. Simplificando un poco, porque sencillamente están en el territorio donde se desarrolló la civilización de los faraones hace miles de años. Es indiferente que no se sepa el cómo, ni él con qué: lo hicieron los egipcios porque ellos vivían allí.
Esta forma de proceder tiene un importante handicap. Obviamente, los monumentos anteriormente mencionados comparten la ubicación donde se desarrolló la civilización egipcia. Sin embargo, aquí el quid de la cuestión es: ¿Comparten también la época? No es lo mismo compartir el lugar que compartir el tiempo. Desde hace más de cien años, hay investigadores que aseguran que la esfinge no tiene 4.500 años como afirma la egiptología, sino más de 12.000 años.
René Schwaller de Lubicz, un arqueólogo y filósofo francés, fue el primero que planteó esta hipótesis después de pasar varios años en Egipto buscando pruebas que demostraran que la civilización egipcia era más antigua de lo que se pensaba. En su libro "Le Roi de la Theócratie Pharaonique", habla de que hace entre 8.000 y 8.000-9.000 años A.C. el valle del Nilo se inundó. Esto hace probable que antes de esa fecha se desarrollara una civilización que construyó la esfinge, ya que esta muestra signos de erosión causados por el agua. Actualmente, para los geológos no existe ninguna duda al respecto: la esfinge muestra signos inequívocos de un tipo de erosión que solo pudo causar el líquido elemento.
En 1979 John Anthony West publicó el libro "Serpent in the sky", abundando en la teoría de Schwaller de Lubicz. Este fue un paso más allá afirmando que podría suponer una prueba de la existencia de una civilización avanzada anterior a la egipcia, y que es posible que se correspondiera con la Atlántida.
Seguimos avanzados en el tiempo. Damos un pequeño salto temporal hasta 1992. En este año, el profesor estadounidense de ciencias naturales de la Universidad de Boston Robert M. Schoch, asegura que la erosión sufrida por la esfinge, no habría podido producirse en ningún caso por la acción de la arena y el viento.
En 1997, Colin Wilson publicó "El mensaje oculto de la esfinge", donde defiende esta teoría desligándola del mito de la Atlántida. Este filósofo y escritor británico, afirma que sencillamente tal vez la civilización egipcia podía ser más antigua de lo que suponía la arqueología oficial.
Actualmente, la arqueología oficial sigue manteniendo que la esfinge se construyó durante el reinado del faraón de la IV dinastía, Kefrén, hace unos 4.500 años. Las evidencias dicen lo contrario, pero siguen manteniendo que nadie antes de esa época podía haberla construído.
Resumiendo mucho:
Lógica: la esfinge tiene erosión por agua, la última vez que eso pudo suceder fue hace 9 mil años. Conclusión: la esfinge tiene más de 9 mil años.
Anti-lógica: a mi me enseñaron que tiene 4500 años, las evidencias científicas me la sudan.
En definitiva, creo que las pruebas objetivas apuntan claramente a que la esfinge es mucho más antigua de lo que afirma la historia oficial. Además, hay otro detalle que considero sumamente revelador. Las estatuas egipcias que se conservan están perfectamente proporcionadas. Sin embargo, la esfinge presenta un cuerpo de león desproporcionadamente más grande que la cabeza humana (supuestamente del faraón Kefrén) que la remata. ¿No es mucho más lógico pensar que esto es así porque la cabeza fue re-esculpida sobre la original? Por muchas vueltas que se le dé, lo es. Pero como decía, la arqueología no es una ciencia exacta, ni objetiva, y en un mundo donde un tarado como Trump, es presidente de una de las potencias mundiales (en decadencia) con la ayuda de otro demente como Elon Musk, la percepción de la realidad es cada vez más subjetiva...
La Esfinge fue reformada en la época de los faraones, pero ya existía. Poco sabemos de cómo era originalmente, quién la hizo y con qué motivo. Saludos
ResponderEliminarExacto! Saludos
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