Y si el universo fuera una simulación...

Existe una teoría, o varias, que plantea que nuestro universo es una simulación

Esto explicaría muchas cosas, desde porque existen los ornitorrincos hasta cómo es posible que IDA no se olvide de respirar. Todo resulta más sencillo si piensas: “¡Qué ostias! Si todo esto no es real”. 

En todo caso, toma mis palabras con precaución y, por ejemplo, no te tires por la ventana con la intención de comprobar si, aleteando muy rápido, puedes volar. Estoy hablando de una teoría no comprobada empíricamente. Mira, como la existencia de Dios.


Melvin Vopson, científico de la Universidad de Portsmouth, dice tener pruebas de que el universo es una simulación. No echéis las campanas al vuelo, Tomás de Aquino también dictó las cinco pruebas de la existencia de Dios después de beberse un garrafón de vino, y bueno, así salió la cosa (lo del garrafón de vino es una especulación mía). 

En este caso, nuestro héroe publicó el pasado mes de octubre un artículo en el sitio web The Conversation, donde recordaba la premisa de la película de ciencia ficción, Matrix. Más o menos al mismo tiempo, publicaba un libro ingeniosamente titulado, Reality reloaded (guiño a la secuela de Matrix). Según lo mencionado hasta aquí, podemos deducir que se trata de un fantasma al uso, ávido de los quince minutos de fama que a todos nos asignó Warhol, pero no. El bueno de Melvin, asegura poseer pruebas de sus arriesgadas afirmaciones. Pues dices tú, vale. Tomás de Aquino (el rey del vino) también aseguraba poseer pruebas de la existencia del señor del espacio.

Sin embargo, no seríamos honestos ni podríamos aspirar a la categoría de sabios en modo alguno, si no tuviéramos en cuenta sus premisas y las analizaríamos convenientemente antes de rechazarlas de plano por inverosímiles. Nadie quiere ser el nuevo Mike Smith, el cazatalentos de la discográfica Decca que, en enero de 1962, realizó una prueba a una desconocida agrupación musical llamada The Beatles, para después rechazarlos asegurando que: “Estos muchachos no tienen la mínima posibilidad de triunfar”. Todo un águila el bueno de Mike, un águila calva de tanto pensar. 

Pero sigamos con Melvin. Según él, y conforme a la opinión comúnmente aceptada por toda la panoplia científica desde hace siglos, la física dicta las leyes que rigen todo lo que ocurre en el universo. Hasta aquí, si pidiera que levantara la mano a aquel o aquella que no estuviera de acuerdo, estoy seguro de que nadie, excepto Miguel Bosé, la levantaría. 

La segunda ley de la Termodinámica establece que la entropía, la tendencia natural a la pérdida del orden de un sistema dado, solo puede aumentar o disminuir, pero nunca permanecer inalterable. Melvin supuso que la entropía de los sistemas de información, a los cuales define como el “quinto estado de la materia”, aumentaría de forma parecida en el tiempo. Sin embargo, sucede al contrario, permanece constante o incluso disminuye, lo que contradice la mentada ley. Con base en esto, Melvin adoptó la Segunda Ley de la Dinámica de la Infodinámica. Los observadores más atentos, detectarán que estamos tratando un tema con más dinamismo que las caderas de Elvis en su juventud.

Sin más preámbulos, a bocajarro, os dejo aquí la conclusión de Melvin: “Sabemos que el universo se expande sin pérdida ni ganancia de calor, lo que requiere que la entropía total del universo sea constante... Sin embargo, también sabemos por la termodinámica que la entropía siempre aumenta. Yo sostengo que esto demuestra que debe haber otra entropía -la entropía de la información- para equilibrar el aumento”. Tíralle do aire, que diría un sabio del rural gallego.

En definitiva, según nuestro héroe, la segunda ley de la infodinámica podría utilizarse para demostrar que vivimos en una simulación. Lo dice así, y al igual que yo, se queda tan ancho. Quizás este sea un momento tan bueno, o mejor, que cualquier otro, para expandir mis conocimientos sobre física. Sí, lo admito, últimamente, quizás debido a los rigores veraniegos, la única física que me interesa es la que estudia la atracción de los cuerpos, y no me refiero a los celestes, no. Sirva, pues, esta pequeña muesca, como punto de inflexión y anuncio público, de mi firme propósito de hacerme un nombre en el proceloso mundo de la física que... ¡Uy, qué torpe!... Se me cayó el vino encima del teclado. Bueno... que tengáis cuidado, que la física al igual que las armas, la carga el diablo. Que se lo pregunten a Naranjito (Trump).





Comentarios

  1. No me claro con lo del share, pero lo compartiré manualmente. Gracias. Muy gracioso el texto, me asombro el final gratamente,😊

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  2. Si consideras el tiempo como una dimensión más, podrías moverte a cualquier punto del espacio-tiempo y el universo sería como ojear un libro sin seguir el orden de páginas. Saludos

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