El estado sionista ocupa Palestina de manera oficial desde 1948
Imagina que dentro de un par de años comienza un éxodo masivo de italianos hacia el Estado español. En principio pensarías: Bah, son algo pesados, pero simpáticos, buen rollo.
Sin embargo, la avalancha continúa. La cosa se agrava cuando los países que dominan el cotarro a nivel internacional, animan a los italianos a emigrar a Galicia, Andalucía, Cataluña. Incluso algunos despistados recalan en Madrid. Cosas veredes, que diría Alonso Quijano.
En pocos años la tortilla de patata o el pulpo a feira son sustituidos por la pasta y la pizza con pepperoni. Si, habéis leído bien, con pepperoni. Eros Ramazzotti, en un movimiento temerario y audaz, se muda a Hispania y se postula como candidato a ganar Eurovisión en nombre de su pueblo. ¿Pero qué pueblo?
Los habitantes de los países circundantes se echan las manos a la cabeza. La participación eurovisiva proveniente de España tiene como única y meritoria misión perpetua el hacer bulto en el festival. Son como los extras de una película. ¿Acaso Eros no es consciente de esta circunstancia? Que solo le va a votar Portugal por alguna extraña razón que nadie, ni los propios portugueses, alcanza a comprender.
Ha llegado el momento de la verdad. La población de la península (sí, la de Portugal también) ya es mayoritariamente de origen italiano. Liderados por Giorgia Meloni, y con el apoyo de los principales actores internacionales, y no me refiero a tiriteros, reclaman un estado propio. Su argumento es inapelable, absolutamente racional y ponderado: son los descendientes de los romanos que conquistaron la península hace 2.000 años. Ellos son los auténticos hispañoles, de Hispania.
Todo lo dicho anteriormente puede sonar surrealista y kafkiano, estoy de acuerdo. No obstante, convendréis conmigo en que el ser humano es un animal que no conoce límites. Se puede ir más allá en pos de argumentos irracionales y desquiciados para ocupar un estado, para aniquilar a sus habitantes. En definitiva: para ser un estado, además de ilegítimo, genocida.
Se puede ser el estado de israel (siempre en minúscula, sí), fundado por el sionismo judío. Argumentar que la tierra donde viven/vivían los palestinos, es su tierra prometida. Invadir, expulsar y asesinar a sus legítimos habitantes, porque en el equivalente a su biblia, la Torá, Yahvé (su dios), prometió esa tierra a las doce tribus de israel; dándole a un libro de leyendas y desvaríos, como cualquiera de su rama, la categoría de hecho científico comprobado e inapelable.
El sionismo, el movimiento nacionalista judío, antes de que Hitler asesinara a millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial, ya cometía actos terroristas contra la población palestina. Fueron y ejercieron de fanáticos religiosos y terroristas; pocas lecciones pueden dar al respecto.
El estado de Israel nació oficialmente en 1948, un año después de que la ONU aprobara una resolución que los israelitas solo cumplieron en lo que respecta a la formación de su estado. Como es habitual, en este movimiento de la ONU tuvieron mucho peso los intereses del amigo americano.
En definitiva, el estado israelí nació del terrorismo y el expolio, del fanatismo religioso más abyecto. Utilizaron el holocausto judío como justificación para cometer el holocausto palestino, en el que todavía están inmersos. No sé si les compensa ser un país de apestados, en el sentido de que son la población más odiada en el mundo, inmersos en una paranoia permanente de que van a ser atacados y destruidos; condenados a viajar a cualquier país del mundo con miedo, por ser israelitas, habitantes de un estado fundado por fanáticos religiosos, genocida y opresor. Obviamente, en este tema nada me haría más feliz que la desaparición del estado de israel. Pero de momento, me conformo con que dejen de asesinar palestinos, sobre todo a niños.
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