Uno de los eventos más esperados del año tendrá lugar el 8 de abril
En el Estado español hace años que un eclipse perpetuo, obnubila y confunde el sentido de una parte de la judicatura. Reivindicando una resistencia numantina en su afán de defensa de las esencias de la patria, se parapetan en la constitución a la que aseguran defender a capa y espada, para incumplirla flagrantemente. De este modo, y por arte de birlibirloque, consiguen alcanzar y hacer realidad ese antiguo anhelo de todo alquimista que se preciara de serlo. No, no es el de convertir cualquier metal en oro. Existe otro menos conocido, pero igualmente fabuloso: la cuadratura del círculo.
Supongo que será por esto que, en un estado tan poco dado a las luces, y paraíso de las sombras, el hecho de que el sol se apague durante unos minutos no es una cuestión que suscite un interés supino.
Los medios no se lanzan alborozados sobre una noticia en que nadie insulta ni es insultado, no se muere nadie, y ninguna ley ni principio básico de convivencia es machacado o vapuleado. Peccata minuta.
Hace unos días, la boda del regidor de Madrid trajo de nuevo a la primera plana de la actualidad al bueno de Valle-Inclán, el creador del esperpento como género literario. Lástima que no se quedará solo en eso. Los destinos del estado son dirigidos en buena medida por las personas que, con pose e indumentaria carnavalesca, rindieron pleitesía a ese pobre hombre que contradice el refrán de que en el pequeño frasco es donde se encuentra la buena confitura.
Dicen que Arquímedes, el famoso sabio griego, cuando los trirremes romanos asediaban Siracusa, se las ingenió para prender fuego a sus velas por medio de espejos estratégicamente situados, que reflejaban y aprovechaban la luz del sol para poner calientes a los romanos, y a sus barcos. ¿Será por eso que a sus descendientes italianos les gusta tanto la pornografía? Perdonen ustedes la zafiedad del chiste, pero todo se pega.
Si los políticos son un reflejo de la sociedad, espero que no suceda como con las velas de los romanos, y acabemos todos ardiendo, convertidos en vanos fuegos fatuos. No voy a ponerme catastrófico. Además, a lo que vengo, vengo. El eclipse total solo podrá ser contemplado parcialmente y durante un reducido lapso de tiempo, a última hora de la tarde, por los habitantes de las Islas Canarias más occidentales y en gran parte de Galicia. El resto de la población tendrá que conformarse con que se lo cuenten los medios informativos de este país, los cuales, por desgracia, hace muchos años que en su mayor parte sufren un eclipse total de objetividad e imparcialidad. O sea, que cualquiera se fía.
En definitiva, hoy, durante un breve lapso de tiempo, cobrará vida esa cantiga tradicional galega que dice: apaga a lus, Marilus, apaga a lus. Esperemos que el resto del año se enciendan cada vez más luces, hablando en términos metafóricos. También aguardo que las otras luces, las que nos iluminan el día a día, sean cada vez más económicas, más respetuosas con el medio ambiente y dirigidas por personas de bien, no por codiciosos sin escrúpulos. Ya veis, la cuadratura del círculo.
Comentarios
Publicar un comentario