El profesor de astrofísica de la Universidad de Harvard es la punta de lanza del mundo académico en la búsqueda de vida alienígena inteligente
Hace unos pocos años, Avi Loeb afirmaba públicamente que Oumuamua, el misterioso objeto que en 2017 pasó cerca de nuestro planeta con origen allende el sistema solar, podía ser o bien una sonda enviada por una civilización alienígena o bien los restos de un artefacto creado por extraterrestres. No era una idea lanzada a lo loco, el físico teórico israelí argumentaba su hipótesis con solidez, aunque no contaba con pruebas irrefutables, por desgracia.
En el año 2023, Avi Loeb saltó nuevamente a la primera plana de los medios informativos, especialmente los científicos. Después de analizar los restos de un meteorito caído en el Océano Pacífico una década atrás, el astrofísico no se amilanó en afirmar que las cerca de 700 diminutas esferas metálicas, podrían ser de origen interestelar. Más concretamente, fruto de un material de tecnología extraterrestre. Buena parte del mundo de la ciencia, especialmente el más ortodoxo, se lanzó a la yugular del famoso astrofísico sin conseguir arredrarlo ni un centímetro.
Ahora, el visionario astrofísico ha declarado en el documental The Paranormal UFO Connection, que los extraterrestres podrían estar viajando a través de dimensiones ocultas. Precisamente en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), que lleva funcionando desde el 2008 en un punto subterráneo entre la frontera franco-suiza, disparan partículas a la velocidad de la luz con la intención de recrear las condiciones del Big Bang que dio origen a nuestro universo. Con esto esperan descubrir las dimensiones ocultas que nos muestren cómo se formó el susodicho.
Loeb asegura que una civilización extraterrestre podría haber desarrollado tecnología que permitiera saltar entre dimensiones utilizando la ingeniería teórica de la gravedad cuántica, para viajar a través de dimensiones enrolladas (no, no se refiere a dimensiones habitadas por porretas). O sea, las dimensiones ocultas que intentan descubrir en el LHC. En la realidad que percibimos nosotros, solo somos capaces de ver tres dimensiones, porque las otras se supone que están enrolladas. De este modo, no podemos detectarlas a menos que hagamos lo que está haciendo el LHC, que en casa, por no decir imposible, es complicadillo de hacer.
Algunos de los más talluditos, recodaréis con nostalgia una frase que podía leerse en algunas paredes y muros de nuestras ciudades entre finales de los 70 y principios de los 80: Viva el rollo!
Os advierto que a pesar de la coincidencia semántica, esa afirmación no tiene nada que ver con las dimensiones enrolladas de las que habla Loeb. Tenía que aclararlo.
No hace falta decir mucho más para colegir que Avi Loeb levanta más polémica que un obeso en un congreso de tísicos. En Star Trek, el motor de curvatura (Warp drive) es algo que posibilita a la Enterprise viajar más rápido que la velocidad de la luz, para así llegar a planetas muy lejanos. Julio Verne, el genial escritor francés dijo aquello de: “Cualquier cosa que un hombre pueda imaginar, otro hombre la puede hacer realidad”. Ya se empieza a hablar de investigaciones, a través de simulaciones con IA, para testear la posibilidad de crear los motores de curvatura que nos permitan dar un salto cualitativo como especie. Así que, como se dice por aquí, en Galiza: habelas hainas!
Es más fácil que alienígenas fabriquen naves que aunque viajen a 0,01 de la velocidad luz sean autosuficientes y por tanto no les importa tardar cientos o miles de años en realizar su viaje. Así Oumuamua podría ser una nave de ese estilo. Saludos
ResponderEliminarSi, estoy contigo. Además, me parece muy valiente la actitud de Avi Loeb, ójala hubiera muchos más como él. Saludos y gracias!
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