Feijoo, las elecciones en Galicia, la movida y otras disquisicones

Sea en papel o en digital, las ideas pueden fluir igual, pero si encima dejan poso, eso que sumas al gozo

      Me confieso bipolar en cierto sentido, o tal vez, analógico-digital. En ocasiones, estoy absolutamente convencido de lo sublime e inigualable que resulta leer en papel, en un soporte orgánico. En esos momentos, miro con desdén a mi lector de libros electrónicos mientras pienso: estás muerto, amigo (irónica amistad, obvio). Sin embargo, hay otras veces en las que despotrico contra el papel, alabo las bondades de la lectura en formato digital, argumentando el poco espacio que ocupa la posesión de una buena biblioteca binaria, y la cantidad de árboles que se salvan de ser talados.
En estos momentos estoy inmerso en una etapa analógica, leyendo un ensayo sobre lo fatuo e insustancial que fue la movida madrileña, que algunos nos siguen intentando vender como el culmen de la música popular “española”. 
Uno de los argumentos que esgrime el autor del ensayo contra la magnificada movida, es la falta de revolución ideológica, la ausencia de una sustancia racional que vertebrara el susodicho movimiento. Frivolidad, hedonismo y quizás unas gotas de nihilismo, fueron los estandartes de muchos de los artistas de la época, a tenor de este autor. Suscribo con matices su opinión.


Al hilo de lo anterior, estamos inmersos en plena campaña electoral en Galicia. La batalla entre el conglomerado mediático del partido popular, formado por todos los medios públicos a su servicio, más los privados que, bien regados de dinero público, solo obedecen a la voz de su amo; una red clientelar esparcida por todo el territorio (siempre pagada con dinero público, of course) y el amiguismo-enchufismo como máxima expresión de su nefasta gestión (para el resto, la mayoría).
En Galicia, al igual que en otros lugares, el partido que gobierna desde hace quince años es un partido religioso, pero no monoteísta, sino politeísta.  El PP gallego adora a tres dioses: la mentira, el dinero y el enchufismo. A ellos encomiendan la totalidad de sus actos, y estos responden agradecidos salvaguardándolos y amparándolos.
No me considero artista, ni pertenezco a ninguna corriente, ni revolución, ni cultural, ni ideológica, pero aquí os dejo un texto que sí muestra parcialidad y posicionamiento. Entre otras cosas, porque al contrario que la mayoría de los integrantes de la movida, yo no oculto mi ideología. No digo que la “tengo” como oposición a los artistas movideros, porque ellos también la tenían, aunque la ocultaran. Si acaso creían no poseerla, esto restaría un punto a su credibilidad (si esta existiera), porque como dijo Platón: el hombre es un Zoom politicom (animal político).

¡Feijóo mentiroso!

En el aula, el resto de los niños de la clase lo miraban con los ojos tan abiertos como ventanas luchando contra el calor del verano. Paseó la mirada sobre todos y cada uno de ellos. Despacio. Recreándose. 
"Pequeños miserables", pensó.
La totalidad de aquellos seres abyectos la rehuyó. Eso aumentó su determinación. Los taladró a todos con sus pequeños ojos castaños, con la mirada más asesina que fue capaz de pertrechar.
La macedonia de razas representadas en aquella aula, todas ellas con un comportamiento similar, eran el mejor argumento posible contra los defensores de las bondades de la discriminación racial. 
Lo que apestaba era el ser humano en general. 
¡Razas, ja! Se rio en voz alta.
Giró sobre sí mismo. 
En ese momento fue consciente de que de sus manos pingaban gotas de un líquido rojo sobre la sucia tarima de madera. Sus uñas se habían clavado tan profundamente en las palmas, que habían hecho brotar el néctar de la vida.
Las levantó y las llevó a la altura de los ojos. Las vio sucias y sanguinolentas.
Miró al encerado para releer la difamación: ¡Feijóo mentiroso!

En conclusión, esto es lo que buena parte de la ciudadanía gallega ha descubierto en el último año, además de la nefasta gestión ocultada por medios públicos y privados regados con dinero de todos. El desarrollo de las elecciones generales y los últimos días de las gallegas, fuera ya del paraguas mediático construido en Galicia por el PP, ha mostrado a Feijóo cómo es en realidad: un mentiroso compulsivo.
Por cierto, yo estoy con Ana Pontón, xaora.

Comentarios

  1. Me gusta leer los libros en papel, aunque la información y la documentación para mí blog uso la digital. En mi blog hablaré pronto de la movida. Saludos

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    1. Yo hay determinados libros que no podría tener en otro formato que no fuera en papel, espero ese reportaje avidamente! Gracias y saludos!

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