El supremo hacedor también duda...

Prueba irrefutable de que nadie en este país se libra de los paparazzi...

   
     A pesar de mi ateísmo recalcitrante, el hecho de ser una persona abierta a cualquier posibilidad siguiendo el lema "nunca sabes por dónde saltará la liebre", ha hecho que sea posible que semejante documento haya llegado a mis manos. La precariedad sónica del mismo, capturado por métodos difíciles de entender para nuestra pobre y mortal mentalidad humana, me ha persuadido de la conveniencia de hacer pública una transcripción pulcra y exacta de lo que allí se dice. 
Me he permitido la licencia de proponer un acompañamiento auditivo que puede resultar adecuado para la lectura de la conversación. En todo caso, insto a todos aquellos que, por causas ajenas a mi voluntad, no congenien con la tonada propuesta a que no la escuchen.
A continuación, con todos vosotros, la palabra de Dios, del supremo hacedor, o como queráis llamarlo. La sorpresa es que sí, después de la lectura del mismo, seréis conscientes de dos importantes revelaciones.
Una, que sí, él también duda, lo que nos plantea la hipótesis de que si todos dudamos, es posible que todos seamos dioses en cierta forma. 
La segunda es que Dios tiene amigos. No deben ser muy buenos consejeros, pero los tiene. 

(Dios)—¿Y ahora qué hago? Estos me han salido rana. Los liquido y a otra cosa, o mejor darles otra vuelta, no sé... igual me equivoqué en algo...

(Supuesto  amigo)—Yo, cuando salen así las cosas, no me lo pienso. Fuego, y empiezo de nuevo...no creo en las reparaciones, ni en las segundas oportunidades.

(Dios)—No sé...eres un poco drástico, ¿no? Igual tampoco me expliqué bien, ni dejé claras mis leyes...

(Supuesto amigo)—Bueno, ahí puedes tener razón... A veces es difícil ver por dónde vas...

(Dios)—¿Qué insinúas? Quien no sabe por dónde vas tú, soy yo.

(Supuesto amigo)—Ya sabes, a veces eres un poco megalómano... Y demasiado exigente, y como no te gusta dejarte ver. Ya sé que es por la manía esa que tienes de no querer ser pesado... Pero eso, las cosas hay que estar encima para que funcionen... Sobre todo si vas de Dios...

(Dios)—Dios no. Supremo hacedor les dije, pero ni en eso...



        ¡Amén!


Comentarios

  1. Amén... Me ha resultado inquietante. Saludos

    ResponderEliminar
  2. Yo que lo hice con intención cómica, humor negro jaja. Saludos y gracias!

    ResponderEliminar
  3. Es una forma de verlo, yo soy ateo convencido, pero que dudamos y nos equivocamos es un hecho. Gracias y saludos!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario