Graban imágenes de un mamífero antediluviano que se creía extinto

El equidna de pico largo de Attenborough es un mamífero ovíparo

Existen animales muy extraños, con un conjunto de características atípicas que los hace peculiares, únicos. Si lo pensamos detenidamente, todo lo anterior se puede aplicar a un ser humano, en ocasiones en un sentido positivo. Mi adorado, Howard Philips Lovecraft, también era una persona con unas características atípicas, un ser único, un genio de la literatura. En todo caso, el equidna, junto con el ornitorrinco, son los dos únicos mamíferos que ponen huevos, ahí es nada.

 La mitología de una de las cunas de la civilización occidental, la griega, designaba como Equidna a la ninfa mitológica madre de todos los monstruos de la Grecia clásica. Equidna era una criatura mitad mujer, mitad serpiente, aunque también es posible que el nombre derive de la palabra con la que el antiguo griego designaba al erizo, ekhînos.
El equidna tiene un hocico similar al del oso hormiguero, púas como las de un erizo y extremidades parecidas a las de un topo. Un mamífero Frankenstein que se creía extinto desde hace más de sesenta años y que ha reaparecido como en la más delirante de las películas, capturado por una cámara de seguimiento en los montes Cíclopes de Indonesia. El trabajo de campo que dio como resultado este redescubrimiento, fue realizado por biólogos de la Universidad de Oxford en colaboración con YAPPENDA, una organización conservacionista indonesia. 

Este extraño animal es contemporáneo de los dinosaurios, surgió hace unos doscientos millones de años. Pensad que durante ese tiempo, tuvo tiempo de evolucionar hasta convertirse en cualquier cosa. Si no lo hizo, es porque a pesar de sus extrañezas, es un animal perfectamente adaptado al medio. O eso pensaba, hasta que los jovencísimos, en comparación,  seres humanos aparecimos en su camino destruyendo sus hábitats.

En 1962 un botánico holandés certificó la existencia de este equidna basándose en los restos de un ejemplar en muy mal estado. Comprobamos pues, lo exigüo de la información sobre este animal. El equidna de Attenborough lleva su nombre en honor al naturalista británico David Attenborough, que por cierto, con 97 años, ha celebrado el redescubrimiento del mamífero homónimo.
El equidna de hocico largo es un mamífero monotrema, una de las tres especies pertenecientes al género zaglossus. Haciendo la broma fácil, que pertenezca a los monotremas, no quiere decir que siempre esté ocupado con lo mismo, sino que forma parte de los mamíferos prototerios. Hablando en plata, se trata de una de las especies de mamíferos actuales más primitivas que conservan características reptilianas. De ahí su reproducción ovípara o la presencia de cloaca, donde confluyen los aparatos digestivo, urinario y reproductor. Este es un dato de vital importancia, que no viene más que a corroborar el hecho irrefutable de que la evolución no hizo más que complicar las cosas. Los seres humanos, sin ir más lejos, conservamos una parte reptiliana en nuestro cerebro.¿Acaso que nuestro cerebro no hubiera evolucionado mucho más allá del reptiliano, no sería una buena noticia para la supervivencia del resto de especies del planeta? Lo cierto, es que no puedo más que alegrarme cada vez que leo una noticia de este tipo. Esto, y desear que el próximo redescubrimiento sea el del tilacino o tigre marsupial, cruzo los dedos. ¿Quién sabe?

Más información: https://www.bbc.com/mundo/articles/cpvpwz5w2qro.amp


 


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