Blues for the red sun quizás sea la obra cumbre de la banda que definió una nueva etiqueta, el stoner rock
Hace calor, mucho calor. Incluso aquí en Galicia. Es el momento perfecto para imaginar que estoy en el desierto de Mojave (California), escuchando el sonido del desierto. Kyuss han sido asociados desde hace muchos años a ese sonido, y no voy a ser yo quien contradiga tal apreciación. Al contrario, voy a abundar en ella hablando sobre el que para mí es la obra cumbre de la banda: Blues for the red sun.Este es el segundo disco del grupo después del primigenio Wretch, que fue el primer trabajo de la agrupación con este nombre, y que siguió a la edición del iniciático y cavernario homónimo, Sons of kyuss.
En Wretch ya se podía intuir la grandeza de la formación, pero nada comparable al despliegue realizado en Blues for the red sun. Seguramente el cambio también vino dado por la irrupción de Chris Goss, líder de Masters of reality, como productor del disco, que entendió a la perfección lo que buscaba la banda. La receta es muy sencilla, aunque cualquier arte es fácil de describir pero difícil de llevar a cabo. O a ver quien es el guapo que compone temas tan sencillos pero a la vez tan certeros como los de The Ramones. Pues eso.
La formación que gravó este disco fue la siguiente:
John Garcia - Voz // Josh Homme - Guitarra// Nick Oliveri - Bajo// Brant Bjork Batería
Vamos con los ingredientes de este sonido. Podríamos aventurar que su sonido es un conglomerado de la primera etapa de Black Sabbath con Ozzy Osbourne al frente, una capa de psicodelia y space-rock recogida de bandas como Hawkwind o The 13th floor elevators, un toque punk-hc recogido de bandas como Discharge, y el fuzz a tope en una guitarra afinada varios tonos por debajo de lo habitual. Señalar que Homme no contento con la "gravedad" de su sonido, utilizaba un amplificador de bajo para conseguir un sonido todavía más grave que el aullido de una ballena azul (si estas aullaran, claro está). Siempre se dice, por cierto, que Josh Homme, también guitarrista y líder de Queens of the stone age, fue el artífice del sonido de Kyuss. Sin embargo, si leemos cuidadosamente los créditos de este álbum comprobaremos que Brant Bjork es el compositor, único o compartido, de los mejores temas del disco, a mi juicio, obviamente.
Thumb abre el disco con mucha fuerza, un tema compuesto a medias entre Bjork y Homme. El riff principal tiene mucho gancho, después deriva en un riff muy potente y casi metalero. El trabajo vocal de John Garcia es sobresaliente, uno de los mejores temas del disco en mi opinión. Siempre le vi un aire a Children of the grave de Black Sabbath.
El siguiente, Green machine, es un tema corto y directo compuesto por Bjork. Tiene una cadencia muy Paranoid, uno de los temas gancho de este disco, y de los más conocidos de la banda. Fue el protagonista de uno de los dos videoclips que rodaron para promocionar el disco, el otro fue el de Thong song.
El cuarto tema, 50 Million Year Trip (Downside Up), es obra de Bjork, y directamente es mi tema preferido de la banda. Una auténtica obra de arte de 5:52 minutos de duración. Posee una primera parte instrumental que te sumerge en un ambiente oscuro y atemporal, con unas melodías de guitarra que evocan el cosmicismo de H.P. Lovecraft. A continuación entra la voz de García escupiendo una letra surrealista y psicodélica que se complementa a la perfección con la música. Finaliza el tema de un modo lento y suave, con unos solos de guitarra tan sencillos como majestuosos.
Thong song es un tema de la factoría Homme, donde curiosamente acapara casi todo el protagonismo la voz de John García, que hace un trabajo excelente. Un tema muy de su época(los noventa) con esa alternancia de calma/tempestad.
Apothecaries' Weight es un maravilloso tema instrumental que comparte autoría entre Homme y García. Me resulta llamativo que García unicamente participe en la composición de cuatro temas, si obviamos la outro, de los trece que incluye el trabajo, y que tres de ellos sean instrumentales. Esta canción demuestra que la sencillez no está en absoluto reñida con la grandiosidad: las melodías que despliega la guitarra de Homme son sencillamente sublimes.
No voy a seguir destripando tema a tema, lo cual no quiere decir que lo que sigue a continuación desmerezca lo reseñado hasta ahora. Quiero destacar lo curioso de que el tema que sigue, Caterpillar March, también sea instrumental. Es poco habitual secuenciar dos instrumentales seguidas en un disco, como también lo es que un disco contenga cuatro intrumentales, y que las cuatro se encuentren entre las últimas siete pistas del álbum.
El trabajo se cierra con Mondo Generator, la única pista compuesta y cantada por Nick Oliveri en el que sería su último trabajo con la banda. Un tema sabathiano, denso y con voces desgarradoras.
En resumen, si no lo conocéis, no esperéis ni un segundo a sumergiros en este maravilloso disco. Contiene alguna de la música más adictiva y personal que vas a escuchar jamás. Es un disco que ha influenciado a un montón de bandas, a pesar de que en su momento apenas vendió 39.000 copias. Los mismos Metallica eran grandes fans de la banda y se los llevaron de gira por Australia en 1993. Este es el sonido del desierto bajo el prisma de cuatro jóvenes norteamericanos con un fuerte background punk. De hecho, así los definía Bjork en alguna entrevista de la época, como punks.
Más información: https://en.wikipedia.org/wiki/Blues_for_the_Red_Sun
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