De los perniciosos efectos para la salud del liberalismo económico

La ideología puede costarte la vida...


José Padilla se tenía por un hombre moderno y liberal que no creía en la cosa pública, así la denominaba. La res pública para él era sinónimo de mala gestión y mal servicio, un ataque a la libre competencia y al libre mercado perpetrado por el estado.

José Padilla se tenía por un hombre de clase media, trabajador y honrado. Por supuesto, tenía un seguro médico privado que pagaba religiosamente con el fruto de su trabajo. 

José Padilla era un liberal económico en el más pleno sentido de la palabra. Para él, el liberalismo era algo cuasi perfecto, al igual que a la libertad, no le encontraba ningún cariz negativo. 

Un azaroso día, José tuvo conocimiento de que algo que también abogaba por la libertad para condenar a unos y a otros, estaba alojado en su cuerpo: un cáncer.

Es conocido el gusto de la susodicha dolencia por el dinero. Si lo tienes en abundancia, puede que acepte marcharse a cambio de un buen pellizco. Si no lo tienes, no tienes ninguna posibilidad y estás condenado. 

El seguro médico privado de José Padilla, con una educación exquisita y una retórica fuera de toda duda, le informó de que el tratamiento de su cáncer era muy caro, que su póliza no lo cubría y que se fuera a la sanidad pública, allí tal vez tuviera una oportunidad. 

José Padilla gritó y pataleó, pero él resultado fue el mismo que si no lo hubiera hecho. Eso si, aguantaron la retahíla de epítetos malsonantes que dedico a aquellas buenas gentes con un talante digno de elogio.

Resignado, acudió en busca de auxilio a la sanidad pública. Pero ya era tarde, las crecientes listas de esperas causadas por los recortes sanitarios que él apoyaba con vehemencia, le impidieron tener una oportunidad para salvar la vida. 

Ahora José Padilla es un muerto liberal, el seguro privado que cubría su sanidad, no puso reparos en pagar su entierro.

Más información: https://www.elmundotoday.com/2013/04/un-borracho-aznar-da-un-discurso-sobre-las-libertades-individuales-a-un-camarero-que-no-quiere-servirle-otra-copa/


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