Queens of the Stone Age, In times new roman...

In times new roman... es el octavo álbum de estudio de Queens of the Stone Age

Móstoles, julio de 1999. Hace calor, estoy sentado sobre un césped que guarda el recuerdo de un verde intenso que ya no es tal. Varias decenas de metros delante de mí, en un escenario de tamaño medio, un trío de semidesconocidos músicos se desgañita para deleite de un reducido grupo de afortunados. El motivo que me ha llevado hasta allí, es presenciar en directo a los autores de Infinity, un tema que casualmente me descargué de Napster, y que pertenece a la banda sonora de una película de animación, Heavy Metal 2000.
La banda había debutado en formato grande con su álbum homónimo editado en 1998, después de que su líder, Josh Homme, formara parte de los seminales Kyuss. 
Han pasado más de veinte años y varios discos desde aquel concierto. La banda ha evolucionado tanto sónicamente como en su conformación. Su carismático bajista, Nick Olvieri, hace tiempo que es un recuerdo del pasado. Ahora están bajo el ojo mediático, son una exitosa y popular banda, aunque sus dos últimos lanzamientos discográficos no han convencido a muchos de los que los idolatraron con discos como Rated R, Songs for the deaf o el homónimo.
In times new roman... llega después de una pandemia y del traumático divorcio de Homme de la madre de sus hijos, Brody Dalle. De entrada llama la atención que hayan recuperado en cierta forma su sonido anterior, porque este disco, afortunadamente diría yo, no suena como sus dos anteriores lanzamientos, sino que se emparenta más con los Qotsa de Era vulgaris o de Lullabies to paralize.
Diez temas en alrededor de cincuenta minutos de música, finalizando con un Straight Jacket Fitting, que puede ser uno de los temas más largos de su carrera. Entre medias, ningún hit claro pero mucho buen hacer. Temas movidos y directos como Paper Machete, uno de mis favoritos, o What the Peephole Say, se entremezclan con otros como Carnavoyeur, de talante más reposado. 
Estamos ante un disco homogéneo dentro de una cierta amplitud de miras, con una producción austera, natural, muy analógica. Unos bajos negroides, a veces psicodélicos, junto a una percusión y baterías muy presentes, y unas guitarras de sonido abrasivo cuando corresponde. La suave voz de Homme va surfeando entre la música, ahora emulando al más bohemio de los crooners en Carnavoyeur, uno de los adelantos del álbum, ahora tirando de sus típicos falsetes como en Sicily. Gritando que no le importa lo que diga la gente en What the Peephole Say, o empezando a capela como en el single Emotion sickness, donde recuerdan a los maestros Cream en el estribillo.
Sin duda, In times new roman... es un disco que crece con las escuchas, que se va introduciendo en tu psique, abduciéndote, conquistándote sin que te percates, hasta que se adueña de ti como la más infecciosa de las enfermedades, solo que no sufrirás daño alguno, sino al contrario. Un disco de lírica terapéutica para un Josh Homme que ha pasado por diversas vicisitudes vitales muy duras, incluyendo un cáncer del que parece que evoluciona favorablemente. Bien por él!

                                                Más información: https://qotsa.com/

Comentarios